Querido hijo, te escribo esta carta para que entiendas la vida…, y, en concreto, para que siempre recuerdes lo que ya  sabes…: que hay que volver a ella…

Hijo, tú has iniciado ya ese camino de regreso a la vida  con tus dos años. La distancia que nos va separando y superando ha abierto sus puertas y tu vida espera acurrucada, como estrella caída, la hora puntual de tu llamada. Pronto entrarás en tu vida y tus pasos  serán alentados por tus padres para que no  escuches la pena de verte marchar hacia algo tan invisible y real.

No vale que hagas lo que a tí te gustaría hacer en la vida, si no lo que has venido a hacer, no vale ocupar la casa de la vida de otros, tienes que vivir únicamente tú vida, no vale acomodarse en sus jardines para pasar el rato en la vida, puedes quedar atrapado allí,  no vale diluirte en la dualidad del individualismo pues todos pertenecemos al mismo racimo de uvas, somos uno, no vale dejar que la fantasía te haga equivocar entrando en vidas  inventadas por tu mente, no vale no poder fijar tu vista en lo que es real, está aparentemente  ausente o es invisible, pero existe.

Pequeño Nicolás, tú serás uno de los que entre por la puerta grande de la vida, y, como muchos otros, te sentarás cada día en su mesa y  agradecerás que ella te haya recibido y honrado con dones únicos, personas amorosas a tu alrededor, un cuerpo sano, una mente serena y un alma contenta.

Y, entonces, una vez allí,  recibirás el  regalo. Recibirás la consciencia del milagro  y la magia del enigma que envuelve  todo el Universo.

Un día sabrás que te estás acercando a su puerta, la puerta de la vida, porque de sus ventanas brotará  música que te dirá que estás en el sitio correcto;   nada de lo que veas a su alrededor te parecerá pequeño, insignificante, vacuo, vacío, erróneo o imperfecto… Todo para ti será esencial… Esa visión es de pájaro… Para entonces sabrás volar libre.

Habrás empezado a llenarte de la certeza de que todo es milagroso, de que hay un proceso secreto que favorece el florecimiento, los amaneceres, los encuentros entre personas, los nacimientos, lo bueno, lo justo y lo bello…

Querido hijo, sentirás extrema sensibilidad por todos los caminantes del camino de la vida… y alrededores. No avanzarás sin abrir tu mochila para ir compartiendo tu pan y tu agua, e incluso repartirás mapas  a los extranjeros de la  vida que deseen volver a ella.  Muchos te los tirarán a la cara… No pasa nada, cariño…

Algunos te verán ingenuo, otros lento, otros peligroso, otros aburrido, otros enfermo, otros tonto,  y así todas las objeciones que puedas imaginar, porque el juego de espejos de las opiniones  es un  laberinto…

Querido hijo, a partir de ese día, también  habrá quienes te admiren, habrá quienes se enamoren de ti y deseen atraerte a sus tormentas, habrá quien te quiera comprar para hurgar en tu alma y encontrar tu mapa…, aunque lo regales…

Y  todos y todo, si es respetado,    te ayudará a volver a despertar cada mañana en ese lugar de luz, seguridad, serenidad y paz que se llama la vida y sus milagros. En plena juventud, el árbol de la vida con todas sus hojas y frutos mágicos estará dentro de ti en plena  comunión.

Cuando leas esta carta ya habremos hablado de este tema miles de veces y, quizá,  ya hayas visto tu auténtica casa, o incluso mejor, quizá ya vivas en ella…  Pero para que de todo quede constancia certifico estas palabras con las de otra mujer: Joan Wesser (Joan as a pólice woman), quien   caminó contra viento y marea desde su adopción hasta su   vida en la música… Perdió en el camino el amor de su vida a causa de las drogas, Jeff Buckley…, pero siguió adelante e hizo el camino de vuelta. Llegó a la vida antes de los cuarenta años.

Si lees la letra de una de sus canciones, “The Magic”,  comprenderás que Joan entendió que todos regresamos  desde el animal al ser elevado que también somos… Y un día seremos una estrella inspiradora tal   como hizo esta gran creadora en el Teatro Cervantes, una noche de verano del 2014.

 

“The Magic”

No quiero decirte lo que ya sabes.

Estás hablando conmigo

y lo que te digo, ya te lo dije antes…

¿Cuándo te quedará claro?

Hay algo, y mi mente se desplaza,

Y observo, agudizo mis oídos, y creo

que estoy cara a cara conmigo misma,

mirándome al espejo.

Y me dice que estoy bien, que soy divina.

Pero detrás hay un lado salvaje.

Ando buscando la magia.

Me siento bien fuera de mi mente

buscando alquimia

para salir del desconcierto.

Me estoy haciendo a mí misma.

Estoy buscando lo mágico…

No quiero ser como soy.

Estoy perdiendo la cabeza, pero mi sombra

me ruega que me dirija a la ciudad ilícita.

Quiero hacer algo mejor en esta vida

porque la vida es un sueño.

Me pregunto si dentro de mí

viven animales salvajes,

porque si es así,

alguna vez encontrarán la libertad.

Mi único miedo es el miedo…

Siento que al salir de mi cueva

se despliega un ancho mar

Mi sombra encontrará una ventana  en el muro.

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Bepoperos, amantes de la música, para el próximo 29 de octubre entregaré el próximo GPS que estará dedicado a Javier Ojeda.

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